¿Quieres comprar un cuchillo de chef de acero al carbono? Para los que saben apreciar un buen cuchillo
Para aquellos a los que les gusta que sus cuchillos estén lo más afilados posible, el acero al carbono es una gran elección. Los cuchillos de acero al carbono son más duros que los de acero inoxidable, lo que permite afilarlos con mayor precisión. Como resultado, estos cuchillos son un sueño para usar. Sin embargo, el acero al carbono también tiene un inconveniente: no es resistente a la corrosión. Se decolorarán y, si no tiene cuidado, estos cuchillos se oxidarán. El acero al carbono requiere un poco más de mantenimiento que el acero inoxidable.
Características de los cuchillos de chef de acero al carbono
Tradicionalmente, la mayoría de los cuchillos de cocinero, si no todos, eran de acero al carbono. Los cuchillos de cocinero de acero inoxidable son una creación relativamente nueva. Nos hemos acostumbrado tanto al acero inoxidable que casi olvidamos las bondades del acero al carbono. Los cuchillos de acero al carbono pueden afilarse para que tengan un filo más fino y, por tanto, más afilado que los de acero inoxidable. Además, el acero al carbono suele ser un poco más flexible. Esto es posible incluso sin acceso a métodos de producción de alta tecnología.
Cuchillos japoneses de acero al carbono
En Japón, los cuchillos de cocinero de acero al carbono nunca pasaron de moda. Los tipos de acero como el Aogami (acero de papel azul) y el Shirogami (acero de papel blanco) son muy comunes. Ambos tipos de acero son excelentes, pero no son inoxidables.
Cuchillos de chef Robert Herder
En Solingen, el uso de acero al carbono es muy común, especialmente en los cuchillos Robert Herder. Sus famosos cuchillos de molino suelen ser de acero al carbono. Los filos de estos cuchillos se afilan según el famoso "Solinger Dunnschliff", por lo que estos cuchillos están afiladísimos.
¿Qué es el acero al carbono?
El acero al carbono es un acero con un alto contenido de carbono, pero carente de elementos que lo hagan resistente a la corrosión. Por ello, el acero al carbono se decolora con rapidez y puede oxidarse si no se cuida adecuadamente. Afortunadamente, hay una forma de evitarlo: formando una bonita pátina.